El Real Murcia se salvó, al menos a día de hoy, del descenso a
Segunda División B tras ganar por 1-0 con un gran gol de Javier Matilla a
la Unión Deportiva Las Palmas, que, pese a la derrota, también
consiguió su objetivo de llegar a las eliminatorias de ascenso a la Liga
BBVA como sexto clasificado.
El descenso administrativo del Guadalajara, conocido esta semana,
abría una puerta a la esperanza para el conjunto murcianista, que se
veía obligado a vencer su último partido de la Liga Adelante y esperar
que el Huesca no sumara los tres puntos en Huelva ante un Recreativo
salvado.
Ambas cosas ocurrieron y la carambola deja al cuadro grana en la
segunda categoría del fútbol español si la decisión de la Liga de Fútbol
Profesional con relación al Guadalajara, como todo hace indicar, no
sufre una variación inesperada. Esto, en todo caso, es algo que se
resolvería a través de los comités y de la vía judicial.
En una tarde agónica, como no podía ser de otra manera, el conjunto
dirigido por Onésimo Sánchez logró su propósito cuando hace apenas
cuatro días se daba la temporada por acabada con fracaso.
Espoleado por lo ocurrido en los despachos, el Murcia acosó más en la
primera parte y dispuso de buenas ocasiones por parte de Óscar Sánchez
y, sobre todo, de Saúl, quien desperdició un mano a mano con Barbosa
antes de la media hora de partido. En este primer periodo el conjunto
visitante tuvo su mejor ocasión al borde del descanso con un disparo de
Nauzet que hizo intervenir a Javi Jiménez.
En la reanudación, el cuadro canario rondó nuevamente el gol en una
acción de Dani Castellano, y cuando más parecía que les pesaba la
presión a los jugadores del Murcia, una falta directa lanzada por
Matilla les puso por delante. El centrocampista cedido por el Betis, que
ha acabado la Liga con 12 goles marcados, mostró su indudable calidad y
colocó el balón en la escuadra, con lo que hacía soñar a la parroquia
local con la permanencia.
Con el 1-0 los de Sergio Lobera se fueron a por el empate, aunque
sabían que la Ponferradina, que perdía por 2-0 en Lugo, debía marcar
tres goles para quitarles la clasificación para la fase de ascenso.
Pese a su dominio, los insulares tampoco generaron demasiado peligro y
las ocasiones más claras volvieron a ser para el Murcia al contragolpe,
especialmente para Kike García.
Ni unos ni otros movieron el marcador y como tampoco lo hizo el del
estadio Nuevo Colombino de Huelva, los granas se salvaron y su afición
lo celebró con los futbolistas a los que dos semanas antes habían
abucheado, insultado y hasta escupido. Fue la última escena de una mala
temporada en Murcia pero con final, al parecer, feliz.
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