El Real Murcia jugará la próxima temporada en Segunda B. A pesar de la victoria ante el Hércules, el equipo no ha sido capaz de eludir una de las últimas cuatro plazas de la clasificación y sólo un hipotético descenso administrativo de algún club podría mantenerle en el fútbol profesional. Pero para eso tendrá que ganar a Las Palmas y esperar que el Huesca no venza en Huelva. Si lo lograra, aún tendría que esperar que pasaran las semanas y lo haría siempre, a falta de confirmación, como equipo de Segunda B.
Curiosamente, ahora se cumplen 15 años de la llegada de Jesús Samper al Real Murcia. El empresario madrileño compró la entidad en Segunda B por algo menos de 300 millones de pesetas. Ahora, tres lustros después, el club vuelve al mismo sitio, pero lo hará con una deuda que supera los 30 millones de euros y en teoría en pleno proceso para salir de la Ley Concursal.
Los jugadores y los empleados no han cobrado las últimas nóminas y el futuro es incierto. El estadio es municipal y la tan prometida Ciudad Deportiva no ha avanzado ni en su primera piedra. Samper asegura que no dejará tirado al Real Murcia, pero la gestión del madrileño ha metido a la entidad pimentonera en una situación muy complicada.
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